Dr. Iván Alejandro Jacinto Valdez
¿Qué pasaría si no pensáramos?
Sería algo caótico de no existir, seriamos maquinas programadas para actuar bajo ciertos instintos, no tendríamos posibilidades de elegir o tomar decisiones en la diversidad.
Esto provocaría que las acciones realizadas llevarán consigo un número grande de errores y quizás no estuviéramos ahorita dominando el planeta. El pensamiento ha llevado al hombre a evolucionar, perfeccionarse y construir herramientas suficientes para avanzar en la humanidad y en la construcción de su propia cultura. Por lo anterior es importante analizar y hablar de un proceso de pensamiento, anticipado, concientizado y simulado.
Mencionamos la simulación como una forma de recrear y medir hasta cierto grado las consecuencias de ciertas acciones e ideales en un determinado momento, puede ser a largo o corto plazo.
Así finalmente podemos evocar a pensar, y mientras lo hacemos reflexionar sobre las diferentes posibilidades y sus reacciones.
Construyendo correctamente un pensamiento simulado que apliquemos antes de tomar ciertas decisiones procurando que no nos afecte ni a terceras personas.
Te sugerimos utilizar los siguientes pasos para lograr un pensamiento simulado:
1.- Pon atención sobre el contexto: Es importante que no te agobies y no enfoques la atención solamente sobre cierto punto en particular que te interesa, ve más allá, sobre lo que te rodea, factores, aspectos, elementos, todo lo del medio ambiente físico y abstracto, mira el contexto y cómo interactúan las personas.
2.- Analiza las personas que intervienen: Realiza un breve análisis sobre la postura de las personas en diferentes ámbitos, en la cuestión psicológica y emocional, usa la empatía y ponte en su situación, piensa qué harías tú si fueras ella y cómo te gustaría que te trataran.
3.- Analiza tus emociones y reacciones: Recuerda que tú debes conocerte bien y saber cuáles son tus debilidades y fortalezas, piensa en qué puedes hacer bien o mal, ahora el análisis lo realizas sobre tu persona y qué pasaría contigo, cómo reaccionarias a tal momento. ¿Realmente la situación te favorece? ¿Puedes con ello?
4.- Recrea en tu mente lo que puede suceder: Es tiempo de imaginar y pensar en diferentes reacciones y situaciones que pueden surgir, en todas las posibilidades.
5.- Valora qué te conviene más: Después de haber recreado mentalmente los momentos, ahora piensa cuál te beneficia más a ti y a terceras personas, piensa no solo en el presente sino también en el futuro, qué puede suceder y si realmente es lo mejor.
Ya que realices los pasos anteriores tendrás diferentes posibilidades de elegir pero sabrás sus consecuencias y tendrás la obligación y el derecho de elegir aquella que te favorezca no solamente a ti sino a los demás y al medio en que se encuentran.
Finalmente concluyo invitándote a actuar pensando y que tomes en cuenta los pasos anteriores para tener buenos resultados y todo salga bien en tu hacer cotidiano y en cualquier ámbito.
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